Las corrientes procedentes de la Antártida ejercen un impacto significativo en el clima de la costa chilena. Este clima se caracteriza por la presencia de cielos cubiertos con densas neblinas costeras conocidas como “camanchacas” o “garúas”. La falta de lluvias y las temperaturas más frescas de lo habitual para esta latitud permiten que estas neblinas penetren los valles y que, por las tardes, los vientos fríos soplen desde el mar hacia el interior. Estas condiciones son típicas de las colinas de la Cordillera de la Costa y, junto con la marcada amplitud térmica entre el día y la noche durante el verano, crean un entorno ideal para que nuestras variedades de clima frío alcancen una madurez lenta y uniforme. Vistamar te invita a saborear la vida de manera pausada, respetando el fluir del tiempo. Es la oportunidad de disfrutar al máximo de cada momento, ya sea en la ciudad, en la playa o al pie de una montaña, junto a tus seres queridos, haciendo lo que más te gusta.